
Por superficial que pueda parecer la palabra, lo cierto es que es una tendencia de turismo que ha venido para quedarse y ofrecer una nueva forma de pasar unas vacaciones en la Naturaleza con todos los valores que eso supone: servicios de calidad, viviendas con encanto que evoquen sentimientos (tanto por su comodidad interna como por su aspecto exterior), y bellos entornos naturales donde disfrutar de una Naturaleza amable y cautivadora.
La etiqueta «glamour» se utiliza a conciencia para dignificar el término camping, que está ligado, injustamente en mi opinión, a vacaciones «cutres», incómodas y destinadas a personas con pocos recursos que no pueden ir a hoteles. Es por tanto una forma de vencer un concepto negativo de camping instalado en nuestros subconscientes.
Pasar las vacaciones en la Naturaleza no implica hacerlo en condiciones precarias, incómodas o vergonzantes. Todo lo contrario, puede ser tan exclusivo y experiencial como deseemos, o más bien, tanto como los campings, casas rurales o los hoteles en la Naturaleza quieran evolucionar.
Glamour significa «encanto sensual que fascina«, y en esta simple frase hay mucho que analizar y mucho trabajo que desarrollar.
1. Encanto, que puede venir del paraje, de la arquitectura o de la atención del personal. El encanto se percibe, es un plus que el viajero busca, ya que huye de lo vulgar y lo habitual. Para estos clientes, un bungalow o cabaña tradicional no es una opción aceptable, quieren algo diferente, algo que mostrar a su regreso.
2. Sensualidad hace referencia a la excitación de los sentidos, a provocar sentimientos a través de la vista, el sonido, los olores. Lograr que las instalaciones, el entorno y el servicio generen sensaciones agradables desde la misma llegada, sensaciones que se pueden transformar en emociones y a su vez en recuerdos.
3. Fascinación es el efecto wow!!, la sorpresa inicial y el enamoramiento progresivo del viajero con el destino elegido.
Fijaos si hay elementos que trabajar en las instalaciones actuales para llegar al glamping. Y sin embargo, es la evolución natural de los campings de calidad, o de los hoteles y las casas rurales con superficie suficiente como para afrontar la transformación, pues supone una vía de diferenciación muy importante, ofrece la posibilidad de aumentar el precio medio, mejorar los márgenes y mejorar las repeticiones/ fidelidad de los clientes.
Imprescindible por tanto un entorno natural con belleza, alojamientos con encanto y confort muy diferentes a las cabañas típicas de los camping actuales, y un servicio personalizado para un cliente que espera un trato de hotel de cuatro estrellas.